LA REVOLUCIÓN DE LOS RPA/RPAS
Hace ya algún tiempo que estamos inmersos en una auténtica revolución de los drones o RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems). La demanda de drones especializados no deja de subir, tanto en el sector civil como militar, especialmente en tareas profesionales de vigilancia, transporte, desinfección, mantenimiento industrial y agricultura. En consecuencia, ha habido una explosión de start-ups con muchos enfoques diferentes, desarrollando productos punteros que tienen como objetivo cumplir con las potencialidades que un drone adaptado a cada ámbito puede ofrecer.
Por supuesto, ocurre que ante un producto con ambición innovadora, certificar no es sencillo. Para la mayoría de empresas que fabrican vehículos aéreos no tripulados, las regulaciones de certificación son a priori desconocidas y el esfuerzo principal en fases tempranas de desarrollo se centra en construir y diseñar, pensando en la función a cumplir, el mercado a servir y en la innovación que el equipo de diseño puede aportar.
EL MARCO REGULADOR
Por otro lado, el marco regulador no está maduro. Las regulaciones han experimentado cambios y evolución en los últimos años, tanto en ámbito militar como civil y esto transmite inseguridad a las empresas que pueden dejar de lado la estrategia certificadora hasta etapas más maduras pensando que los requisitos “por fuerza” tendrán que facilitar la entrada de nuevas tecnologías.
Y sin embargo, la agenda de las entidades reguladoras no es esta, puesto que tampoco es esta su finalidad. El objetivo final del ente regulador es que el espacio aéreo sea seguro para personas, infraestructuras y vehículos y por eso el nivel de exigencia de los requisitos no se puede simplemente rebajar sin tener cuenta la casuística de cada situación. Éste sí es uno de los principales objetivos del sector: adaptar las condiciones de certificación a las operaciones específicas de cada vehículo y harmonizar los requisitos internacionales.

Tabla 1 – Resumen de la normativa de certificación de RPAs en ámbito civil
El marco regulador es necesariamente complejo porque se adapta a cada caso, pero permite vuelos de tecnologías innovadoras en ambientes seguros con requisitos mínimos. En este artículo se puede leer un resumen del marco actual. Sólo una progresiva robustización de las nuevas tecnologías permitirá su certificación más avanzada a medida que crezca su ambición en las operaciones a abordar como vehículo certificado.

Tabla 2 – Resumen de la normativa STANAG en ámbito militar
LA CLAVE: ESTRATEGIA DE CERTIFICACIÓN
Cuando la hoja de ruta de diseño para un vehículo aéreo no tripulado no está ligada a un plan de certificación surgen algunas complicaciones. Adaptar el vehículo a altos requisitos de certificación se convierte a menudo en un problema, porque se necesitan cambios importantes en la arquitectura del dron, que conllevan gastos no planificados para la empresa.
Por eso, hay que planear el desarrollo de la tecnología de la mano de las operaciones y del marco regulador objetivo del producto. Por ejemplo, para un dron militar cuya aplicación requiere sobrevolar infraestructuras o personas, habrá que aplicar la normativa STANAG. El equipo de diseño tendría que estar familiarizado con los requisitos de seguridad y fiabilidad desde la fase conceptual. El primer prototipo se puede certificar de forma más sencilla, como open o specific, para la fase de pruebas. Pero conviene tener claro el objetivo final de certificación para asegurar una arquitectura capaz de cumplir con los requisitos que la aplicación final requiere.
La clave del éxito para que un vehículo consiga su aprobación sin tener que rehacer el diseño es contar con profesionales RAMS con experiencia desde las fases iniciales del diseño.
